[ Segunda Parte ]
-Oh... lo hice de nuevo.
Cuando desperté en la cama del hospital me hundí en un pozo
de auto desprecio tortuoso. Mañana era un día muy importante para mí, No, he
estado mucho tiempo fuera. Hoy.
Hoy era un día muy importante.
¿Qué hago en una cama de hospital?
Mire por la ventana.
No podía ver nada desde la ventana.
Pero ahora mismo, Hyodo-kun debe estar haciendo todo el
trabajo, la presentación del nuevo proyecto, lo que debería estar haciendo yo,
era lo que habíamos acordado en caso de que surgiera cualquier emergencia, una
emergencia que no debió pasar.
Les cause problemas de nuevo.
Trabajamos muy duro para que estuviera todo listo… y yo,
sabía que Hyodo-kun haría un excelente trabajo al cubrirme, pero ese era el
punto.
Lo había hecho de nuevo.
Me permití hacer lo que sabía que no debería hacer.
Justo como lo hacia de pequeño
Anhelaba romper con los tabúes.
Según la enfermera, esperaba poder cruzar la calle, cuando
de pronto me arroje a los carros. No tengo recuerdos del accidente, lo sabía
por ello.
Camine a los autos con el semáforo en rojo. Ya había hecho
lo mismo o cosas similares una y otra vez en toda mi vida.
Gracias a dios esta ocasión sólo mi brazo izquierdo pago la
factura, tal vez porque sólo fue una moto.
Pero si no hubiera sido una moto había muerto.
Tal vez hubiera sido mejor. El sobrevivir a esto por mucho
tiempo es un milagro, lo que la mayoría de la gente llama milagro.
Cuando asistía a la primaria, salte desde la ventana del
salón como el protagonista de la novela de moda. De hecho toque más de una vez
las navajas con mis dedos, como cualquier adolescente mi muñeca había probado
el filo de las navajas, aunque fuera sólo una vez.
Pero esta vez pudo ser la última.
Pude morir.
La gente me pregunta “¿Por qué lo hiciste?
Me regañaban “No deberías hacer cosas así”
¿Pero te encuentras bien?
Todos han tenido sentimientos como los míos de vez en
cuando, activar la alarma de incendio en la escuela (lo que hice infinidad de
veces antes de salir de la preparatoria) o el impulso de sentir el aire al
pasar el tren (siempre luche contra mi) Al conocer un sitio muy alto nunca te
has preguntado ¿cómo se sentirá el saltar desde ese lugar? (Siempre lucho contra esos sentimientos incluso
antes de subir)
Todos sentimos eso una vez, algunas personas más que otras.
Sin excepciones.
Me sentía así más de una vez.
Mis impulsos comenzaron a aumentar.
Lo sabía, estaba muy, muy, muy consiente de todo ello pero
aún así sabia que no había algo que pudiera hacer, así que llame a esos
sentimientos urgencia.
Urgencia.
Urgencia, urgencia destructiva.
Para decirlo, era común esa idea de oprimir un botón, que no
debía ser oprimido. ¿Cuántas personas pueden decir honestamente que nunca lo
hicieron?
En cuanto a mi…
Lo juro, lo podría hacer.
El día que presente el examen para una famosa escuela
privada estaba segura de que aprobaría, pero fingí estar enferma y pase todo el
día en cama. Los exámenes de admisión para otras escuelas fueron iguales por lo
que termine estudiando en una escuela pública tanto la secundaria como la
preparatoria. Si alguien me hubiera preguntado el porque fingía estar enferma
seguramente hubiera respondido que quería saber como se sentía estar enfermo en
un día tan importante. Cuando entre a la universidad, no escribí mi nombre
correctamente… no tal vez lo escribí pero de cualquier forma, termine en una
escuela segura.
Por la misma razón.
Si, si lo se.
El que a mis veintisiete años siga viva sólo puede ser
considerado un milagro. Tal vez mis razón apenas puede frenar los impulsos-
pero el conflicto entre los dos ha llegado al límite.
Mientras me causaba tantos problemas, temía que sucediera
mientras estaba en el trabajo. Se que parece que alardeo, pero esta
presentación era para ser promovida.
Pero le he dado esa oportunidad a mi compañero, la
interpretación de mi comportamiento hace
que lo tome con más facilidad, nunca me he sentido cómoda conmigo misma, la
lesión en el brazo izquierdo no sería un problema para el trabajo del viernes,
seguramente estaría ya trabajando la próxima semana.
Pero ese pensamiento volvió, trayendo de vuelta la urgencia.
¿Qué pasaría?
¿Qué pasaría si la próxima semana no puedo regresar al
trabajo? ¿Si no puedo regresar nunca
más?
Oh, eso sería horrible.
El plan involucra cosas que sólo yo puedo hacer, incluso si
Hyodo-kun la expone, por el plan mismo sería algo terrible y tanto él como los
demás miembros del equipo pagarían por ello, ya no se hablaría de promoción
nunca más.
¿Estoy preocupada?
No era está la compañía con la que soñaba.
Era mi segunda opción.
Era mi segunda opción.
En la entrevista para la compañía que quería trabajar me
caí, aún recuerdo la cara de disgusto de los entrevistadores. Pero no pensaron
que lo hice a propósito.
Así que…
… ¿dejaría de trabajar?
Oh no
Debo dejar de pensar en ello.
No quiero eso.
No quiero que pase.
No quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no
quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no
quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero.
No quiero… así que no dejare que pase.
No dejaré mi trabajo en la compañía, es cierto.
Pero entonces, lo recordé.
¿Cuándo fue? ¿Después de empezar?
Puse unos documentos muy importantes en la trituradora.
Sin querer por supuesto.
Diciendo que fue coincidencia nadie se enteraría de ello.
Por ello, todos en la oficina apenas habíamos podido dormir-
teníamos que seguir adelante.
Era un documento de suma importancia, pero no me criticaron.
Por eso no lo cuento, nada de ello.
Me recuperaré, lo puedo hacer como todo el mundo.
Podría.
Pero entonces me golpeo por segunda ocasión.
¿Qué tal?
¿Qué tal si al
momento de disculparme, insistía en no haber hecho nada malo y me respondían?
¿Qué debería hacer?
Son amables.
¿Cómo me mirarían?
Oh, quería hacerlo.
Siempre tenía desde ese momento, lagunas mentales.
Pero ya no más.
Déjame ser clara. Era auto destructiva no suicida.
Estaba segura, pero no estaba segura de ello. Tenía tanto
anhelo de morir o de estar en peligro como nadie más – un amor por las montañas
rusas más que otra cosa.
Tenía esa urgencia.
Tenía esa urgencia.
Tenía esa urgencia.
Romper los tabúes.
Hacer cosas que no debería hacer.
Hay muchas clases de cosas que deben importar más que esos
impulsos, relaciones, trabajo, muchas otras cosas que deberían importarme más,
pero entonces me preguntaba. ¿Qué pasará si salto por la ventana de la
habitación del hospital?
¿Se
molestarían conmigo?
Incluso
podría morir.
Pero.
Pero, es lo que quería.
Quería presionar el botón que dice “no presionar”
¿Por qué lo hiciste?
No deberías hacer cosas como esa.
Eso es lo que quería.
¿Por qué?
¿Por qué quería eso?
Eso es
todo.
Fue una moto, por eso sigo con vida, no fue una grande, pero
si hubiera sido un camión sería imposible estar ahora aquí.
Es un milagro estar viva.
Así que pensé…
Quizá las cosas serían mucho mejor si hubiera muerto.
Pero ¿si muero los demás estarán afectados por ello?
Podría con las ganas de saltar por la ventana, respirar
hondo mientras lucho contra la siguiente “urgencia”
Tocaron a la puerta y se escucho una voz.
“Kushimura-san, ¿puedo entrar?
Debe ser la enfermera.
Dije que si.
Un momento después, la puerta se abrió y la enfermera entró,
vestía su uniforme rosa… pero no estaba sola.
Había alguien con ella.
Un chico con uniforme y gafas.
Lo había visto antes.
Pero ¿dónde?
Se presentó como Kimihiro Watanuki.