noviembre 16, 2016

[TRADUCCIÓN] xH- ANOTHERHOLiC - Capítulo 3 AFTERHOLiC - Parte 1.


ANOTHERHOLiC
LANDOLT-RING AEROSOL


CAPÍTULO 3 "AFTERHOLiC"






Es por esto que llamo a la teoría, el ojo del mundo.
Pero imagino que es infantil y que no los puede convencer. La lógica siempre va acompañada de otros factores. Es por ello que he insistido mi vida entera en ello. Para probar con exactitud, mis propias correcciones, tras una sombra de dudas. No puedo ofrecerme como voluntario para la investigación. Así que te presentaré a un individuo que puede ser el claro ejemplo de ello, es ordinario y común.

Su nombre es    

Un estudiante de     año en la Escuela Privada    . Mide      centímetros y pesa     kilogramos - un chico delgaducho y debilucho. De buenos sentimientos, no es tímido del todo, pero estoy preocupado porque tiene la costumbre de conseguir trabajos de medio tiempo. En resumen un adolescente común y corriente. 
Nació el    de      , su signo es    , su tipo de sangre es    y su familia es         - en una complicada situación.                   .
Su visión es de   /        . Con esto queda claro que él está calificado para ser parte de mi base de datos.       


Si.
Puede verlo.
Cosas que no son humanas.
Cosas que no son parte de este mundo.

Así como los míos, sus ojos tienen esas capacidades que no pueden ser entendidas por la ciencia moderna, problemas que están agendados para la siguiente generación de científicos. Todo lo que he propuesto en está teoría no ha tenido luz verde. Pero en contra parte , la teoría      , está basada en           , técnicas propuestas en el siglo XVII, pero que serán aplicadas en este chico.                

Deben ser espíritus.
Espíritus.
Cosas que siempre están con nosotros, pero que no cualquiera puede percibir.
Cosas que no podemos ver.
Cosas que no tenemos que ver.
                                .
Debe ser capas de no verlos más.

Desde que  era       , podía ver cosas geniales, desde este ojo que puede ver cosas que no existen. Pero que pueden ser percibidas más allá de la imaginación. La existencia de       no sólo sustenta mi teoría del ojo del mundo sino que la confirma.

Ahora tengo los fundamentos.

                                                                                                                                                                                                                                                                . Por eso, es que trabaja duro en determinada tienda. Sin recompensa, sin futuro, sin sentido, un trabajo inútil. Es un sujeto excelente, pero psicológicamente débil,  Aun a su edad, el                      mental es claro. Esto promueve que su habilidad sea adquirida y no congénita. De la tienda en cuestión, es                       . Ubicada en                      , pero no cualquiera puede entrar.                          . Sólo aquellos que tengan un deseo podrán hacerlo.

Esa tienda cumple deseos.
El propietario es                    , pero eso no es de importancia para mi teoría.


* * *


Hay muchas cosas extrañas en este mundo.
______________

Pero no importa cuanto...
Cual increíble puede ser...
______________

Si los humanos no las tocan...
Si los humanos no los ven...
Si los humanos no se ven envueltos en ello...
______________

Es un simple fenómeno.
Algo que desaparecerá con el paso del tiempo.
______________

Humanos.
Humanidad.
Homo sapiens.
______________

¡Los humanos son los seres vivos más misteriosos del mundo!





“Encontré esta cartera”

La vista de Watanuki Kimihiro estaba frente a él, por eso es que su campo de visión no lograba ver detrás de él. Cuando alguien le habla de atrás es imposible que sepa de quien se trata sin girar su cabeza. Watanuki Kimihiro no es del tipo de estudiantes que le gusta hablar con las personas que están atrás, pero tampoco era el tipo que se asustaba por ello así que decidió voltear.

Ahí estaba un joven alto y delgaducho que Watanuki no había visto antes, sosteniendo en su mano una cartera decolorada y vieja. Watanuki no tuvo que verla más a detalle para responder.

“Umm… esa no es mía.”

“¿Oh?” El joven pronunció con un hilo de voz. Miro de nuevo la cartera y respondió. “¡Oh! Ci-cierto.”

Volvió a mirar a Watanuki y sonrió.

“Esta es mi cartera.”

“……”

“Eso significa que la que guarde no era la mía.”

El joven tomo con la otra mano su cartera mientras la otra la llevaba a su bolsillo trasero. Watanuki no comprendía nada en absoluto.

¿Qué demonios?

“Eres libre de tomarla si así gustas. No tenía la cartera a la mano así que puedes quedártela, no diré nada.”

“No, no lo haré.”

A Watanuki no le tomo más de dos segundos responder la propuesta de la persona, sabía que hay otras maneras más civilizadas de arreglar las cosas, sobre todo si se trataba de una cartera que no era suya. Estaba seguro que esa persona no buscaba nada bueno. Ya tenía bastantes problemas pensando que responder.

“Eres un buen chico.” Le dijo el joven, noqueándolo con la frase.

“En definitiva te irás al cielo cuando mueras. ¿Crees que puedas ir allá si haces cosas malas? 
¿Ir al cielo es tu meta en la vida? Eres de las personas que creen que podrán hacer lo que quieran en el cielo, maldito bastardo.

Watanuki no comprendía nada, primero esa persona le decía que podía tomar la cartera aunque no fuera suya y al negarse recibía insultos. Era tan extraña esa persona.

“¡Había medio millón de yenes en la cartera! ¡Oh, oh! Ya veo, sabías cuanto dinero tenía y por eso la rechazaste.”

“Jamás tomaría siquiera un yen si no es mío, esa es una respuesta que daría en todo momento.” Respondió Watanuki mientras recordaba a Yuuko y su filosofía. No podría aceptar nada, mucho menos dinero ya que todo viene con un costo a cambio.

“¡Hmmm, que maduro! Detesto a los niños maduros. Las personas lloran incluso por un yen y ríen también por el.”

“Ah”

Sonó con un poco de esperanza.

“¿Mm? ¿Estoy mal? ¿Las personas de Kansai no ríen  por un yen y lloran por otro? ¿O estoy mezclando a a personas de Kansai y de Kanto? Mmm… creo que perdí mi punto. El japonés es un idioma muy complicado. Bueno eso no importa. Es una perdida de tiempo, estoy aburrido e irritado.”

”Ahhh…”

¿Entonces qué?

“Estoy casi molesto como en el trabajo cuando alguien llamo a mi celular y lo primero que dijo fue un ‘¿dónde dormiste?’ “

“Umm…”

Aún más “¿entonces qué?”

“Olvidalo. Con sólo hablar contigo me molesto aún más. ¡No puedo estar más furioso! ¡No vuelvas a aparecer frente a mi, preparatoriano de pacotilla! ¡Lárgate a tu escuela de mierda, cretino! “

Tras ese último insulto el hombre dio la espalda a Watanuki y se alejo. Un momento después daba la vuelta en la esquina y ya no pudo verlo Watanuki.
Fuera de vista.

“Bueno… creo que los locos no son cosa exclusiva de la primavera.”

Sintió que el hombre de hace un momento fue rudo con él pero se termino después de que Watanuki se negara a responder sus insultos. Continuo con lo que hacia antes de ese encuentro peculiar, es decir; caminar. Lo que hizo ese hombre era un completo misterio pero sólo dijo una cosa que Watanuki pudo comprender y con la que estaba de acuerdo. Ir a la escuela. Si. Watanuki tenía un destino.

La escuela.

“Tan buen humor que tenía…” murmuraba mientras apresuraba el paso. Incluso antes de que el hombre lo interceptara estaba corriendo. Fue una mala suerte el encontrarlo pero si llegaba tarde sería por él. Sabía que debía salir temprano, pero ya no tenía caso pensar en ello. No podía tomar otra decisión. Cuando Watanuki dejo su casa no pudo saber que se encontraría con un extraño que le diría lo que su horóscopo le predijo. Su amuleto es el hojicha, por eso lo había tomado, Watanuki es Aries y la el número de mala suerte sería el ocho, la hora a la que se encontró con el hombre, siendo el resultado de esa predicción.

“Mmmm,” Watanuki pensó. “¿Por qué pasó cuando estaba de tan buen humor?”

Optó por corregirlo y decir. “Era tan buen humor por hoy.” Las palabras fluyeron con naturalidad, pero ¿Cuál buen humor? Watanuki no era del tipo de personas que culpaba a la felicidad de su infortunio aún cuando eso apareciera en su horóscopo, además de que no creía en la astrología. No tenía porque haber tomado una taza de hojicha, su amuleto.

Por ello…

Su mirada…

Watanuki ya no podía pensar que estaba de buen humor.

“¿Qué hay de malo conmigo? No es que sea primavera” murmuraba mientras llegaba a la escuela.

No era tarde, pero la campana comenzó a sonar por lo que entró al edificio y corrió por las escaleras para llegar a su salón. En cuanto entró sus compañeros le dieron los buenos días.

Ahí estaba Seko Serizawa, el compañero que metió en muchos problemas a Watannuki por una débil y dudosa queja. Ese problemas afortunadamente se pudo solucionar por la jefa de Watanuki, pero desde ese momento Serizawa ya no hablaba con él tanto. Watanuki no lo consideraba un amigo por lo que no sentía diferencia de su relación antes de ello y a pesar de ello alguien llamado Serizawa seguía en su salón, tomando las mismas clases por lo que si le decía un “Buenos días.” Debía responder para no parecer alguien rudo y grosero.

“Si, buenos días…. Umm,” Watanuki respondió mirando sobre el hombro de Serizawa, el salón estaba casi vacio. La campana seguía sonando y sin embargo más de la mitad de los pupitres seguían vacios. A pesar de que hay alumnos que siempre llegan tarde, esto era alarmante. Serizawa leyó perfectamente en el rostro de Watanuki lo que pensaba.

“Si,” debe ser alguna epidemia, supongo que de gripe o algo.”

“¿En esta época del año? ¿Y tan repentino sin una ola de calor?

“Fue lo que nos dijeron.”

“No lo creo posible…” Watanuki dijo mientras tomaba asiento. Saco de su mochila un libro  y lo coloco en su escritorio. La primera clase sería matemáticas. El día y la ausencia de varios compañeros significaban que sería llamado a pasar al pizarrón. Con tan pocas personas no podía ver por la ventana, sólo necesitaba echar un vistazo.

Miro a los lados.

Vacio.

El asiento de Himawari Kunogi estaba vacio.

No había ninguna mochila a su lado, así que no asistió a clases- normalmente llegaba al salón trece minutos antes de que la campana sonará. Así que no asistió a clases. Himawari-chan nunca llega tarde, nunca falta tampoco se enferma.

Si Himawari-chan no había asistido a la escuela, ¿cómo podía estar de buen humor entonces?

Molesto, miro por la ventana.

Miro.

Vio.

“Ohh…”

Finalmente lo comprendió.

La razón por la que  estaría de buen humor todo el día.

No, no de buen humor, mejor dicho feliz.

¿Por qué estaría feliz?


“Oh… no he visto nada hoy…”

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